Albrecht Altdorfer (1480-1538)
Nació supuestamente en Regensburg, Alemania, donde pasó su vida. Pintor, arquitecto y grabador. La gran pasión de este artista, era pintar escenas inmersas en panoramas naturales. Altdorfer fue líder del movimiento artístico alemán del siglo XVI, escuela Danubio. Pintaba generalmente con óleo sobre tablero de madera. Destacó también por sus cuadros y frescos religiosos para iglesia.
Frédéric Bazille (1841-1870)
Nació en Montpellier, Francia, en el seno de una familia acaudalada. Estudió medicina en París, pero abandonó la carrera por su gran pasión: la pintura. Conoció a Pissarro, Monet, Renoir, Caillebotte y Sisley con los que colabora en el desarrollo de la escuela impresionista, estilo revolucionario a fines del siglo XIX. Bazille, influenciado por el creador vanguardista Pissarro, practica el mismo estilo de su amigo pero nunca alcanza la maestría y prestigio de él. A diferencia del realismo clásico que incorpora hasta el mínimo detalle, artistas como Bazille, pertenecientes a una época en que los europeos aumentaron su ritmo de vida y donde el tiempo es más escaso, se inclinan por esta forma de pintura, que siendo igualmente de corte realista, emplea el pincel para reflejar el matiz de las sombras que delinia los volúmenes, excluyendo la rigidez esquemática de estilos anteriores. Bernardo Bellotto (1721-1780)
Nació en Venecia, Italia. Pintor y dibujante posterior al Renacimiento. Bellotto es sobrino de El Canaletto, de quien aprendió y con el cual fue confundido. En su estilo destaca el respeto a la geometría y la aplicación de su sensibilidad para imaginar y pintar escenas de ciudad, con reproducciones del cielo que sólo él logró plasmar con tanta finura. Perteneció a la escuela de pintura Veneciana. Trabajó en Roma, Torino y otras localidades italianas hasta que viaja a Varsovia donde es nombrado artista oficial en la corte de Estanislao Augusto. Hieronymus Van Aken, 'Bosch', (El Bosco) 1450-1516.
Nació en Hertogenbosch, Holanda. La píntura del maestro Bosch no sigue la línea tradicional de sus pares. Su estilo es libre, simbólico y vívido, razón por la cual no existe paralelo de ella entre sus contemporaneos. Trabajó para familias nobles de la época y su religión ortodoxa lo llevó a realizar cuadros para iglesia, donde expresó gran devoción con su estilo.
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